Brissa Montero
Operadores de parquímetros, principales orquestadores de cobros indebidos y maltrato a la ciudadanía
La falta de sensibilidad y capacitación de la policía del municipio de Chiautempan, derivó en un nuevo abuso de autoridad, después de que una persona fue detenida por una aparente sanción de los operadores de parquímetros, quienes pidieron la intervención de la fuerza pública después de que una persona no había pagado el derecho de piso.
Fue en la calle Ignacio Picazo esquina con Iturbide, donde los uniformados protagonizaron el evidente abuso de autoridad, después de que un empleado del área de parquímetros pidió la intervención de la policía.
Según testigos, el ciudadano detenido se encontraba junto a su vehículo esperando a su madre, cuando el encargado del parquímetro colocó la araña pese a la explicación de que no había pagado el importe por estacionarse en vía pública.
Y aunque el afectado accedió a pagar la multa de 200 pesos, “el arañero” como conocen a los trabajadores de los parquímetros, reaccionó con agresividad por lo que pidió el apoyo de la fuerza pública.
Sin embargo, al arribar varios policías municipales lejos de mediar el conflicto, sometieron y esposaron al hombre frente a su familia después de varios intentos lo cual permitió ver la ausencia de protocolos en ese tipo de situaciones.
En el lugar, su hija del detenido, una menor de aproximadamente 10 años de edad sufrió una crisis que derivó en llanto y gritos por la forma violenta en que fue tratado su progenitor y desesperada pedía a los servidores públicos reconsiderar su actuar.
Minutos después, arribó personal de la Policía de Género que se sumaron para la detención del sujeto e ignoraron a la menor que presentaba una crisis de aparente ansiedad.
La referida acción contradice las acciones de la Presidenta Municipal Blanca Angulo Meneses, quien por un lado promueve que la población sea atendida por los funcionarios de su gobierno con respeto y dignidad, y personal a su cargo hace todo lo contrario, ya que además de que violan derechos humanos y constitucionales, ahuyentan al turismo y por si fuera poco, tratan con la punta del pie a futuros electores.

