Raúl Contreras Flores
De manera sorpresiva, la Confederación de Periodistas, Reporteros Mexicanos, A.C. (Coprem), que encabeza Virgilio Osorio Nava, emitió un comunicado mediante el cual denuncian presumibles actos de prepotencia, abuso de poder y maltrato de su ex aliada, Angélica Domínguez Hernández, actual titular de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión (Coracyt), en el gobierno de la ex priista Lorena Cuéllar Cisneros
En dicho comunicado se puede leer lo siguiente:
“Condenamos los hechos de prepotencia, abuso de poder y maltrato por parte de Angélica Domínguez, asignada como titular de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión (Coracyt).
Quien se ha distinguido por crear conflictos a los trabajadores bajo sus órdenes, y que despidió de manera injustificada al compañero José Manuel ‘N’, quien lleva diez años laborando dentro de la Coracyt, con una trayectoria intachable.
“Destacar que la titular de la Coracyt no respeta las vacaciones y los días de descanso de los trabajadores, los cita a ‘reunión’ los sábados y domingos, les llama vía telefónica a las 11, 12 o a la 1 de la madrugada para ‘dar indicaciones’, escudándose en que son órdenes de la gobernadora, amenaza que en caso de no presentarse los va correr (sic), entre otras anomalías.
“Con el debido respeto le solicitamos a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros tome cartas en contra de los abusos mencionados”.
No deja de causar extrañeza el último párrafo, en el que se señala que “los periodistas no nos sentimos seguros con la representación de Angélica Domínguez al frente de los cargos en los cuales se ha desempeñado”.
Ahora resulta que la “amiga Kika” no les daba “seguridad” a los dirigentes de la Coprem cuando ésta estuvo al frente de la Coordinación de Comunicación Social, siendo que en los hechos estuvieron prácticamente bajo sus órdenes. Así lo demuestra, por ejemplo, el desamparo en el que dejaron a este medio cuando su ex aliada se negó a pagar tres meses de trabajo publicitario, y que, a pesar de haber recibido copia del oficio dirigido a Domínguez Hernández desde el mes de mayo de 2023, en el que se le requería el pago correspondiente, nunca intervinieron en el caso para no causar molestias a su entonces “jefa”.
Por tanto, no bastaría sólo con exigir a la mandataria estatal la separación del cargo de Angélica Domínguez, ya que pesan sobre de ésta sendos señalamientos de corrupción, al grado de que, apenas a un año de haber estado al frente de la Coordinación de Comunicación Social, se presume adquirió una millonaria propiedad en la exclusiva zona de Angelópolis, en el vecino estado de Puebla.
Se debe exigir también que se hagan públicos los convenios que se tienen con los diferentes medios de comunicación -demanda que este medio planteó infinidad de veces durante el proceso electoral del 2021-, algunos de los cuales estarían en franco contubernio con la citada funcionaria, a partir de la sobrefacturación y los respectivos “moches”. Aparte de los pagos realizados por diferentes servicios, entre otros: la renta de audio, pantallas, lonas, sillas, edición de revistas, realización de videos, cafetería y logística en general.
Sólo es cuestión que su protectora, la gobernadora neomorenista, Lorena Cuéllar Cisneros, tenga la voluntad de abrir y exhibir la documentación de esa área administrativa. O bien, que se aplique una auditoría externa para demostrar que los señalamientos son falsos o de mala voluntad en contra de la presunta funcionaria corrupta.
Aparte de la titular de la Coracyt, en la nómina del gobierno del estado aparecen su esposo, hijo y otros familiares más.
Extraña también que a estas alturas del “problema”, la Coprem no haya tomado todavía las instalaciones de la Coracyt, exactamente como, de manera ridícula, se tomaron las instalaciones del TET y el ITE en pleno proceso electoral del 2021, o realizado un programa “extra” vía Facebook en “El Mundo de Tlaxcala”.
Quizá la dirigencia está en espera de una “buena negociación”.