Raúl Contreras Flores
La contención de la protesta y la casi extinción de los movimientos sociales otrora encabezados por obreros, campesinos, estudiantes, maestros, amas de casa y otros grupos contestatarios, a partir del arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, desde donde instrumenta un nuevo régimen político contrario al modelo neoliberal –la “fábrica” de pobres-, bajo el apotegma “Por el bien de todos, primero los pobres”, fuertemente cimentado con la creación de los llamados “Programas para el Bienestar”, ha permitido graves abusos por parte de algunos gobiernos estatales.
Si bien, este inédito programa económico, político y social estructurado e impulsado por el gobierno federal de la Cuarta Transformación, ha logrado generar trascendentales resultados en beneficio de diversos sectores de la población en diferentes regiones del país, lo que le ha valido a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo obtener cerca del 80 por ciento de aprobación a su mandato, en varios estados de la República gobernados por Morena, como Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Veracruz, Sinaloa y Tlaxcala, por citar algunos, sucede todo lo contrario.
En Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros privilegia gobernar rodeada del glamour, de la obnubilante fantasía, de la grotesca adulación, del egocentrismo, de la farándula y la excesiva pirotecnia. La corrupción y opacidad en el manejo de los recursos y acciones desde el inicio de su gobierno son el sello de su malograda administración. Por ejemplo, hasta ahora se desconoce la situación legal en la que se encuentra el histórico inmueble que ocupa el Hotel San Francisco; nunca se aclaró por qué a la azotea del Museo de Arte de Tlaxcala la habían convertido en un antro ni a quién pertenecía la concesión; después de anunciarse con bombo y platillo la construcción del famoso Autotrén, evento al que incluso asistió como invitado el entonces gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, finalmente, ante la protesta social, el gobierno se desistió de este fracasado proyecto al que llegó a desconocer. A estos casos se suman la irracional demolición del ex Hospital General de Tlaxcala; la millonaria cantidad de recursos del erario literalmente tirada al río Zahuapan, a causa de los inservibles jardines sembrados en su lecho por el entonces secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez Jr., hoy convertido en flamante presidente municipal capitalino y aspirante a suceder a Cuéllar Cisneros; además de los millones de pesos gastados en las varias veces remodelado zócalo capitalino junto con la Plaza Xicohténcatl.
De igual manera, se desconocen los beneficios reales obtenidos a propósito de la realización de los varios eventos deportivos internacionales, y los sectores productivos y de servicios a los cuáles fueron a parar las millonarias utilidades anunciadas. Asimismo, se desconoce el destino final de los implementos utilizados, así como los resultados del aprovechamiento de los deportes promocionados. Es decir, hace falta conocer el costo-beneficio real de esos multipromocionados eventos deportivos.
No se pueden dejar de mencionar los “n” eventos multimillonarios realizados so pretexto del “relanzamiento” de Radio Altiplano 96.5 FM que, junto con la televisora estatal, debido a la improvisada titular de la Coracyt y sus marcadas limitaciones para ejercer el cargo, tuvieron que enfrentar severas penalizaciones por parte del entonces Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), que llevaron a la pérdida de la concesión de la televisora, la cual pudieron recuperar tras negociar con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), a quien ya le había sido asignada tal concesión. Lo grotesco de este mal gobierno apareció en la Secretaría de Turismo, cuyo titular nunca se percató de las aberraciones cometidas por la Inteligencia Artificial en el diseño de las lonas monumentales que hacían alusión a las Fiestas Patrias, de igual manera a los yerros cometidos en lonas publicitarias de la Secretaría de Educación Pública del Estado. Qué se puede agregar al asunto de las 10 camionetas blindadas. Y así, se podría seguir mencionando una larga serie de irregularidades cometidas en este fallido gobierno lorenista. De pilón, señalar que, a cuatro años del triunfo de la candidata más votada, han pasado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana siete titulares, en tanto que en la Coordinación de Comunicación Social apenas van cuatro. Por cierto, el actual ya dijo que, tras sesudas investigaciones realizadas por expertos, van tras los groseros y misóginos bots chinos que “atacan” a su jefa, aunque la necia realidad muestra que los bots de carne y hueso aumentan cada día más y más en las benditas redes sociales para expresar su repudio al gobierno de Lorena Cuéllar. Y conste que no hemos hablado por ahora de la inseguridad, el nepotismo, los conflictos de interés, el abuso de poder e influyentismo.
Frente a este turbio panorama, gracias a los excelentes resultados y programas del gobierno federal, prácticamente la protesta social organizada en Tlaxcala es inexistente. Miles de voces inconformes con el gobierno lorenista, sí, pero desarticuladas. Sin embargo, existen voces críticas, serias y analíticas dentro y fuera de Morena que piden a la Presidenta Claudia Sheinbaum hacer de una vez a un lado a los oportunistas, a los arribistas, a los corruptos que han llegado a hacer lo mismo que los gobiernos neoliberales, y aún más, quieren heredar el cargo a la misma mafia del poder local.
¿Lo logrará la gobernadora neomorenista con alguno de sus peones o peonas?
Sheinbaum Pardo necesita la participación activa de la base morenista.