Raúl Contreras Flores
Por más que la mandataria neomorenista, Lorena Cuéllar Cisneros, trata de impulsar e imponer a Alfonso Sánchez Jr. como candidato a sucederla en el gobierno del estado, la figura del presidente municipal de Tlaxcala cada vez más se desdibuja entre torrenciales aguaceros, miles de baches y la imparable ola de inseguridad solapada por la fuerza pública bajo su mando. Pero, sobre todo, sus aspiraciones dinásticas de diluyen ante sus evidentes limitaciones en materia política, de discurso, de empatía y de voz y presencia. Todo lo cual se ve expresado en la manifiesta ausencia de gobierno y los escasos resultados positivos entregados tanto en las comunidades como en las delegaciones del territorio capitalino.
Hasta hace pocos días los resultados de amañadas encuestas –por lo general diseñadas a la medida de quienes las financian para obtener los resultados deseados-, indicaban que de los aspirantes morenistas a conseguir la ansiada candidatura sólo dos se perfilaban para alcanzarla: la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y Alfonso Sánchez Jr.
Sin embargo, ante el creciente repudio social manifestado a través de las benditas redes sociales en contra del hijo del exgobernador Alfonso Sánchez Anaya, las luces rojas se han encendido en los sótanos de Palacio de Gobierno. De tal manera que ahora la muy cuestionada empresaria, Josefina Rodríguez Zamora, actual titular de la Secretaría de Turismo federal, ha comenzado a placearse al lado de Lorena Cuéllar principalmente en rimbombantes eventos oficiales. Por lo que no se descarta que la funcionaria federal clasista y racista, esté contemplada como el “plan B” de los grupúsculos lorenistas.
Esto indicaría que Marcela González Castillo, presidenta estatal de Morena y esposa de Alfonso Sánchez Jr., también quedaría fuera de la próxima competencia electoral. Y es que la vapuleada que ambos reciben en cada publicación digital en la que aparecen, juntos o por separado, no es para menos, incluso podría decirse que es hasta con saña. En efecto, resultado de su pésimo “gobierno”.
Si bien es cierto que Morena, con el candidato que fuese, sin problemas va a obtener la gubernatura en el 2027, dada la inexistencia de partidos políticos opositores serios, congruentes y propositivos, sería saludable para la entidad tlaxcalteca que el aspirante del partido guinda sea el menos cuestionado.
Como meros distractores o quizá sólo para mantenerse aferrados a vivir dentro del erario se publicitan los nombres del mediocre secretario de Educación Pública local, Homero Meneses Hernández, hoy de viaje placentero por los Estados Unidos; el opaco delegado de la Secretaría de Bienestar, Carlos Luna Vázquez; el titular del Fondo Macro para el Desarrollo Integral de Tlaxcala (Fomtlax), Carlos Augusto Pérez Hernández; y en los últimos días también han levantado la mano los impresentables Rafael de la Peña Bernal y Vicente Morales Pérez, secretario de Impulso Agropecuario y diputado de la LXV Legislatura local, respectivamente, cuyo único mérito es su servilismo a la gobernadora Cuéllar Cisneros.
Fuera del radar lorenista se mantiene Ana Lilia Rivera Rivera.
En realidad, la caballada está famélica, pero, es lo que hasta este día hay para los tlaxcaltecas.
Y, usted, ¿a quién prefiere? Piénsele, aún hay tiempo.