Andrés A. Solis*
No hace falta describir nuevamente la imagen de Irma, arrodillada, sometida y flanqueada por hombres armados.
No es necesario recordar el final de esa historia que es sólo un ejemplo más de una crisis de violencia que ha agobiado al norte de Veracruz durante años; una crisis que comenzó su escalada ascendente durante el gobierno del priísta Fidel Herrera Beltrán, quien permitió que el grupo criminal del Golfo, encabezado por Osiel Cárdenas Guillén, tomara el control del tráfico de drogas, armas y personas desde la frontera sur hacia Texas.
Este grupo criminal aún controla Tamaulipas y la región norte de Veracruz y desde hace al menos 15 años diversificó su negocio criminal hacia la extorsión de taxistas, ganadores, productores de cítricos y vainilla, restauranteros y hoteleros desde las costas tamaulipecas hasta Coatzacoalcos, Veracruz y Paraíso, Tabasco.
Durante el gobierno del también priísta, Javier Duarte, este grupo criminal coptó a policías municipales y estatales y estableció alianzas perversas con el gobierno del Estado, a través del secretario de seguridad Arturo Bermúdez Zurita, acusado de desaparición forzada y de estar relacionado con el asesinato de varias personas en la colonia Narvarte en la Ciudad de México.
Y fue en este periodo entre los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y Javier duarte de Ochoa en que Veracruz se convirtió en la entidad más letal para el ejercicio profesional del periodismo y los gobiernos subsecuentes, del panista (hoy morenista) Miguel Ángel Yunes Linares y del morenista Cuitláhuac García Jiménez, fueron incapaces de contener la crisis de violencia que mantiene a Veracruz en los primeros lugares en el delito de extorsión.
Desde hace poco más de 15 años, quizá a partir de 2007, la región Huasteca, que comparten los estados de Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo, se convirtió en zona de silencio, donde hacer periodismo se volvió una actividad de alto riesgo.
Fue de hecho en Tantoyuca, Veracruz, donde este reportero impartió su primer taller de autoprotección para periodistas en 2010 y le siguieron otros más en Tuxpan, Pánuco y Pozarica en la misa entidad y otros más en Ciudad Victoria, Tamaulipas, y Huejutla, Hidalgo.
Ahora la morenista de Veracruz, Rocío Nahle prefiere ofender a periodistas y asegurar que la señora Irma murió por un infarto, en vez de asumir su responsabilidad de investigar esta larguísima historia de violencia e impunidad en la entidad que dice gobernar.
Rocío Nahle prefiere repetir la conducta de todos sus antecesores, especialmente los últimos gobernadores emanados del PRI.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación. Conduce el programa “Expedientes MN”, que se transmite los viernes a las 18:10 hrs., por la cadena de Meganoticias