Imparable la violencia en Tlaxcala: el discurso oficial contra la triste y dolorosa realidad

Raúl Contreras Flores

Fragmento de una entrevista colectiva a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, realizada hace unos días al término de un evento oficial.

El ignominioso discurso oficial.

Cuestiona una reportera.- “….el creciente registro de intentos de linchamiento da muestra también de esa ausencia de confianza, porque al no existir esa confianza, pues se trata de hacer…”

Y, antes de terminar, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros la interrumpe con evidentes signos de enojo expresado con el ceño fruncido de su rostro: “A ver, te explico, no lastimen al estado, lastiman al estado cuando dicen cosas que no son. Quiero decirte, y a ti te aclaro: hubo un inten…no pasó a magnitud, de ninguna manera nada, nos avisaron a tiempo, llegó el gobierno a tiempo. Y por esos malos comentarios que tú haces y que muchas personas también dicen sin saber, escuchaba yo hace unos días que decían, ¡ya saben que lincharon a ocho personas! (sic) Eso no es verdad, no existe eso, y entonces esos mismos datos erróneos (resic) que ustedes dan afectan al estado. Y no se dan cuenta que eso afecta que lleguen empresas, que lleguen eventos deportivos como lo hemos logrado hasta ahora, y que tenemos todos el compromiso de cuidar al estado, quienes lo amamos verdaderamente tenemos ese compromiso. Cuando digamos algo es porque realmente nos sentimos totalmente (¿?), nos consta, lo vimos y sabemos y eso que tú estás comentando es erróneo…”. (recontrasic)

La triste y dolorosa realidad.

En los últimos ocho días se han registrado en diferentes municipios de la entidad tlaxcalteca al menos 10 homicidios con signos de violencia; un intento de linchamiento en San Juan Huactzinco, ocurrido a las pocas horas de la penosa declaración de Cuéllar Cisneros; fuerzas federales localizan otro narcolaboratorio en Tlaxco; en Totolac se ejecutó una orden de cateo en un autolavado que servía de fachada a una bodega en donde se resguardaban vehículos con reporte de robo; se registró un ataque directo con arma de fuego en contra de un masculino en La Garita, en el municipio capitalino; tres sujetos asaltan la tienda Sam’s en el conjunto comercial “El Gran Patio”, ubicado en Apetatitlán. A esta larga lista de delitos habrá que sumar otros más del fuero común, además de los que se encuentran en proceso de investigación.

Frente a semejantes contradicciones entre el falaz discurso oficial y la triste y dolorosa realidad que se vive día tras día a lo largo y ancho del territorio tlaxcalteca, queda perfectamente claro que, quien no ama al estado ni a su pueblo sabio que la llevó al poder, es la mandataria estatal neomorenista Lorena Cuéllar Cisneros.

La “plaza” de Tlaxcala ha sido “tomada” al menos por tres grupos criminales, así lo reconoce el mismo gobierno federal, en tanto que el gobierno estadounidense ha dado su propia versión en el mismo sentido. Mientras que las autoridades locales (in) competentes, Luis Antonio Ramírez Hernández, Alberto Martín Perea Marrufo y Maximino Hernández Pulido, titulares de la Secretaría de Gobierno, Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Comisión Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, respectivamente, pretenden mantener su insostenible discurso de que en Tlaxcala no existe la delincuencia organizada, y que los narcolaboratorios “acababan de ser instalados”.

Lo cierto es que, coincidencia o no, con la llegada a la administración lorenista de los dos primeros, la presencia de los grupos criminales se incrementó de manera sustantiva. Y, si Lorena Cuéllar insiste en mantenerlos en el cargo, es muy probable que le esperen más días de luto, dolor y sufrimiento al pueblo tlaxcalteca.

Quizá otra opción sería pedirle a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que, por el bien de Tlaxcala, le ofrezca a la gobernadora un espacio dentro de su gabinete, ahí, juntito a la secretaria de Turismo, al fin y al cabo, juntas saben cómo hacer jugosos negocios al amparo del poder.

Y así, desamando y lastimando al Estado, se seguirá escribiendo la “Nueva Historia”.