El menor de 11 años se quedó dormido en un contenedor de un puerto marítimo comercial, por lo que tuvo que esperar 6 días sin agua y comida a que lo rescataran; aunque sí probó el sabor de la victoria
Klang, Malasia: En un capítulo más de insólito, pero cierto, presentamos la historia de Fahim, un niño de tan solo 11 años, nacido en Bangladesh y que llamó la atención en las últimas horas tras su brillante, pero arriesgada osadía.
Todo comenzó mientras Fahim jugaba a las escondidas con sus amigos en un puerto marítimo comercial en Chittagong, en Bangladesh, donde el menor se subió a un contenedor vacío para esconderse, sin embargo, nadie lo encontraba y en lo que esperaba, se quedó dormido en su interior.
Para su mala o buena suerte, según se quiera ver, el niño fue transportado en barco a Malasia, donde tuvo que atravesar 6 largos y aburridos días sin agua, sin comida y sin baño, hasta que finalmente fue encontrado por el personal del barco al momento de descargar.
Es importante señalar que primeramente trataron de comunicarse con el menor, pues pensaron que era víctima de tráfico de personas, algo común en Asia, sin embargo, no pudieron hablar con él en las diferentes lenguas que se sabían, por lo que terminaron por dar aviso a las autoridades.
Fue hasta 6 días después que el contenedor en donde se encontraba Fahim fue abierto, encontrándose el niño todo desorientado y con evidentes signos de hambre y sed.
Por fortuna, los médicos que acudieron al punto para brindarle atención médica, pudieron estabilizarlo y alimentarlo.
Vale referir que el personal de barco supo de su existencia cuando Fahim despertó del profundo sueño que tenía, por lo que comenzó a gritar sin éxito, hasta que lo hallaron en el puerto de Malasia.
Por su parte, las autoridades locales emprendieron un proceso de repatriación para el pequeño Fahim, a fin de que vuelva a reunirse con su familia y con sus amigos que no lo encontraron, descartándose la comisión de algún delito.
Finalmente, Fahim tendrá una buena anécdota para contar al su regreso, gracias a que el viaje no era tan largo y pudo sobrevivir sin agua, comida y baño por 6 días, quedando todo en una simple travesura de niños.
